Las varices son dilataciones venosas, las cuales se caracterizan por no restablecer un retorno eficaz de la sangre al corazón (insuficiencia venosa) y por eso la sangre se acumula en ellas , se dilatan y se vuelven tortuosas. Por este motivo las más habituales son la de los miembros inferiores.
Las varices se forman cuando las válvulas venosas no cierran bien, en ese momento la sangre comienza a acumularse en las venas haciendo que se dilaten.
Tenemos la costumbre de utilizar el término varices para nombrar a las que aparecen en las piernas, solo por que son las más frecuentes, pero pueden aparecer en otras partes del cuerpo como en el esófago (varices esofágicas), región anal (hemorroides), o en los testículos (varicocele).
Las personas que no sufren las varices grandes, seguro que piensan que simplemente es un problema estético pero nada más lejos de la realidad. Las varices grandes son molestas y en ocasiones dolorosas y además revelan una lesión vascular más o menos severa.
Los síntomas que podemos tener con las varices, dependiendo de lo grande o no que lo sean pueden ser las siguientes:
-Visualización de la red venosa de las piernas.
-Pesadez y cansancio de las piernas
-Dolor
-Calambres
-Hormigueos
-Sensación de calor o picores y escozores
-Hinchazón o edema de los pies y los tobillos
-Cambios de coloración en la piel
Lo que debemos entender y tener muy claro es que los síntomas que hemos detallado anteriormente aparecen después de un largo proceso de evolución sin tratamiento y que las varices grandes pueden tener algunas complicaciones tales como cambios en la piel, úlceras varicosas, hemorragias, flebitis superficial, infecciones, trombosis de las venas varicosas, embolismo pulmonar.
Tenemos que saber y entender que NO es solo un problema estético, hay que saber de que se trata y ver si va a más. Ponernos en manos expertas y dejarnos aconsejar a la hora de buscar una buena solución a nuestros problemas de varices.