Imagina la situación: estás en la calle con tus amigas. Y, de repente, te viene un estornudo muy fuerte que no puedes evitar. El problema es que, al estornudar, notas que se te ha escapado un poco de orina. ¿Es normal? Desde luego que no. Y el motivo por el que eso puede ocurrir es debido al suelo pélvico. Pero tranquila, tiene solución.
Por qué el suelo pélvico es tan importante
Cuando el suelo pélvico está débil, es decir, cuando ha perdido firmeza, el hecho de toser, estornudar o incluso reírte puede ser una gran tortura pues sabes que, aun sin ganas de orinar, tu vejiga puede soltar lo que tenga acumulado y no hay nada para frenarlo (porque tu suelo pélvico no funciona bien).
La laxitud vaginal es un problema que afecta a muchas mujeres, y no tiene nada que ver ni con la edad ni con la maternidad. Muchas mujeres jóvenes la pueden sufrir, bien por la práctica de deportes de alto impacto, por cambios hormonales, embarazos, partos o simplemente por no hacer deporte.
¿Tiene solución? ¡Por supuesto! Además de llevar a cabo una rutina diaria de ejercicios, es importante dedicar varios minutos al día a fortalecer el suelo pélvico.
Este se puede mejorar con los ejercicios de Kegel, así como otros específicos para esa zona. Además, el uso de las bolas chinas también potencia el resultado de los ejercicios. Si se realizan a diario y en las pautas establecidas, en un mes se empiezan a notar los cambios. Y da igual la edad de la mujer, en cualquier edad se puede recuperar o al menos mejorar el problema.


